viernes, 25 de marzo de 2016
Devoción, fe, creencia y una gran tradición familiar me inculcaste desde que era niño, siempre bajo tu atenta y cariñosa mirada... Te echo de menos muchísimo, a diario, pero el Jueves Santo, ese día que desde el alba vivíamos año tras año con tal pasión, hace que me recorra el cuerpo un sentimiento tan especial y un nudo en la garganta indescriptible. Ayer, momentos antes de portar sobre mis hombros nuestra sagrada imagen, tras 5 largos años de ausencia. Siempre presente en nuestros corazones.
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